Notas sobre la realización de Un chien andalou


Reproduzco un texto que escribió Luis Buñuel en agosto de 1946 en su chalet del 5642 de la avenida Fountain de Hollywood, Los Angeles. Fue publicado en el catálogo Art in Cinema (San Francisco, 1947). Esta presentación de su primera película (Un perro andaluz, 1929) dieciocho años después, no está incluida en ninguna de las dos ediciones de sus textos literarios (1982 y 2000). Fernando Gabriel Martín, que la incluye en su libro El ermitaño errante. Buñuel en Estados Unidos (2010), considera que “es un breve y brillante análisis”.

Notas sobre la realización de Un chien andalou
Por Luis Buñuel, 1946

Históricamente, este film representa una reacción violenta contra lo que en ese momento se llamaba “cine de vanguardia”, que se dirigía exclusivamente a la sensibilidad artística y a la razón del espectador, con su juego de luces y sombras, sus efectos fotográficos, su preocupación por el montaje rítmico y la investigación técnica, y a veces en la dirección de la manifestación de un humor perfectamente convencional y razonable. A este grupo de cine de vanguardia pertenecieron Ruttmann, Cavalcanti, Man Ray, Dziga Vértov, René Clair, Dulac, Ivens, etc.

En Un chien andalou, el cineasta ocupa su lugar por primera vez en un plano puramente POÉTICO-MORAL. (Tómese MORAL en el sentido de lo que gobierna los sueños o compulsiones parasimpáticas). Al trabajar el argumento, cada idea racional, estética u otra preocupación por aspectos técnicos era rechazada como irrelevante. El resultado es un film deliberadamente antiplástico, antiartístico, considerado según cánones tradicionales. El argumento es el resultado de un automatismo psíquico CONSCIENTE, hasta el punto de que no intenta volver a contar un sueño, si bien se aprovecha de un mecanismo análogo al de los sueños.

Las fuentes de las que el film extrae su inspiración son las de la poesía, libres del lastre de la razón y la tradición. Su propósito es provocar en el espectador reacciones instintivas de atracción y repulsión. (La experiencia ha demostrado que este objetivo se alcanzó totalmente).

Un chien andalou no hubiera existido si el movimiento llamado surrealista no hubiera existido. Por su “ideología”, su motivación psíquica y el uso sistemático de la imagen poética como un arma para derribar ideas aceptadas corresponde a las características de toda obra auténticamente surrealista. Este film no tiene intención de atraer ni agradar al espectador; por el contrario le ataca, hasta el punto de que él pertenece a una sociedad con la que el surrealismo está en guerra.

El título del film no es arbitrario, o producto de un chiste. Posee una estrecha relación subconsciente con el tema. Entre otros cientos este título fue elegido porque era el más adecuado. Como nota curiosa se puede añadir que produjo obsesiones en ciertos espectadores, una cosa que no hubiera ocurrido si el título fuera arbitrario.

El productor-director del film, Buñuel, escribió el guión en colaboración con el pintor Dalí. Para ello, los dos partieron de una imagen onírica que, a su vez, llevó a otras por el mismo proceso hasta que el conjunto tomó forma como una continuidad. Debe señalarse que cuando una imagen o una idea aparecía los colaboradores la descartaban inmediatamente si derivaba del recuerdo o de su modelo cultural o si, simplemente, mantenía una asociación consciente con otra idea anterior. Sólo aceptaron como válidas aquellas representaciones que, aunque les conmovían profundamente, no tenían explicación posible. Naturalmente prescindieron de las limitaciones de la moral al uso y de la razón. La motivación de las imágenes era, o pretendía ser, puramente irracional. Son tan misteriosas e inexplicables para los dos colaboradores como para el espectador. NADA, en el film, SIMBOLIZA ALGO. El único método de investigación de los símbolos sería, quizás, el psicoanálisis.

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